Tomar cuatro buenos filetes; preste atención al corte: para esta preparación es mejor que sean bastante gruesos (unos 1 cm).
En una sartén antiadherente, caliente un poco de aceite de oliva y saltee ligeramente un par de dientes de ajo, cuidando de no dejar que se quemen y retirándolos cuando estén dorados.
Ponga el tomate en el aceite caliente y cocínelo a fuego medio durante un cuarto de hora, cubriéndolo con una tapa; si la salsa se seca demasiado, agregue un chorrito de agua o caldo muy ligero.
En este punto, puede agregar las especias y hierbas que prefiera a la salsa; personalmente, en este caso prefiero el orégano, aunque debo decir que el albahaca fresca es igualmente buena (si no mejor).
Habiendo hecho eso, puede poner los filetes en la sartén y cocinarlos en la salsa a fuego medio y tapados durante al menos diez minutos, cuidando de darles la vuelta ocasionalmente y prestando atención a no "secar" la salsa.
Notas
Para darle un toque extra, agregue un puñado de aceitunas negras en rodajas a la salsa antes de poner los filetes en la sartén.